Miro al horizonte en la ciudad,
tras el sky-line la vida;
trenes que vienen y se van
amargos besos de despedida.
Tras los cristales tintados
ya no hay causas perdidas
tan solo circunstancias
de puro, gomina y envidia.
Gafas de sol que no dejan ver,
que ni perdonan ni olvidan,
rencor grabado en la piel,
sin temor a la caida...
dilluns, d’abril 23, 2007
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